En otro orden de cosas (ah, no, si aún no he dicho nada), hay que ver lo difícil que es encontrar fotos de la moda masculina que se usaba en la España de los años 60...
En otro orden de cosas (ah, no, que esto sí tiene que ver con lo que acabo de decir), hoy estuve pensando que cuando consiga viajar en el tiempo iré al pasado, a los '60, y haré discos tocando las mejores canciones de la historia de la música, adelantándome a la fecha en la que fueron no sólo grabadas, sino también compuestas y pensadas por esos autores. De esta forma, a parte de ganar miles de millones de moneditas bonitas, me convertiría en el artista más polifacético y creativo de todos los tiempos, consiguiendo paliar que ni soy polifacético, ni creativo, ni artista, ni tengo dinero, ni tengo na' de na'. En estas iba yo cuando en el autobús pasó algo extraño... en la parte frontal viajaba un hombre de los '60 de España, con su boina, su chaqueta, su corbata de rombos, su camisa de cuadros (bueno, de cuadrícula), su chal color crema con cuello triangular, sus pantalones, sus zapatos y sus calcetines de los colores y tejidos correspondientes (que se me da muy mal describir colores y, sobretodo, tejidos), e incluso estaba afeitado pero se notaba que durante mucho tiempo había llevado bigote típico de la época. Cuando me fijé en él (y debió notar que le miré más de lo necesario y menos de lo que yo quería) todo se tornó blanco y negro, y los viajeros del autobús cantaban al unísono "cuentamé... cómo te ha ido..." y tal y tal. Al conseguir apartar la vista todo volvió a la normalidad, con los colores de la polución y el desasosiego humano (qué quieres decir?... callad!), y pude volver a respirar. Ese hombre parecía un poco extrañado, como... como si no fuera de esta época... realmente se le veía como si no supiera qué hacía allí... era un auténtico hombre del tiempo, pero creo que era un viajero accidental. Supongo que se montaría en un autobús de aquel entonces cuando, casualidades del destino, atravesó un espacio cargado de energía de esas que salen en las películas de ciencia ficción y, sin comerlo ni beberlo (no entiendo esta expresión), apareció en el año 2007. Estaba bastante consternado, y parecía no entender el mecanismo que hacía que darle al botón rojo del vehículo en cuestión conseguía que se detuviera en una parada determinada, pero aprendió rápido (instinto de supervivencia, está claro) y consiguió bajarse en la misma parada que yo. Ahí estaba yo, tirando pa' casita cuando sentí algo en mi hombro, y no era un águila real intentando cazarme, como aquella vez, sino que era el viajero del espacio-tiempo. Por un momento pensé que me había reconocido, que sabía quién era yo, que quizás era un familiar mío de los años 60 o que, incluso me atrevería a decir, en un futuro (mío) había conseguido perfeccionar mi famosa técnica del viaje en el tiempo, y había logrado ir al pasado (su presente), triunfando en el terreno musical, haciéndome tan famoso que cualquiera en el mundo entero, con o sin televisión y/o radio, sabía quién era yo, de forma que él me estaba parando en mitad de la calle para pedirme un autógrafo. Creo que en el último segundo le dió vergüenza, porque me contó una patraña sobre que era de Sevilla (aunque tenía un acento extraño) y que necesitaba encontrar la estación de tren para volver a su hogar (creo que se refería a su época). Ayudé a mi gran admirador enmascarado, pero encima de que no me estaba prestando atención y parecía no enterarse de las indicaciones (que eran básicamente "esta calle to' recto y en la rotonda a la izquierda" y fin), va y me dice que sí que vale... vamos, que me estaba diciendo que me callara ya, que era mu' pesao, que le dejara en paz y que se largaba con mis precisas indicaciones, que se le hacía tarde y no iba a volver a coger aquel campo de energía que le permitiría volver a su hogar.
Así que hoy he aprendido que al final iré a los años '60 a robar canciones que aún no se han creado (creo que es legal) y que los viajeros en el tiempo son bastante maleducados.
En otro orden de cosas (ah, no, que esto sí tiene que ver con lo que acabo de decir), hoy estuve pensando que cuando consiga viajar en el tiempo iré al pasado, a los '60, y haré discos tocando las mejores canciones de la historia de la música, adelantándome a la fecha en la que fueron no sólo grabadas, sino también compuestas y pensadas por esos autores. De esta forma, a parte de ganar miles de millones de moneditas bonitas, me convertiría en el artista más polifacético y creativo de todos los tiempos, consiguiendo paliar que ni soy polifacético, ni creativo, ni artista, ni tengo dinero, ni tengo na' de na'. En estas iba yo cuando en el autobús pasó algo extraño... en la parte frontal viajaba un hombre de los '60 de España, con su boina, su chaqueta, su corbata de rombos, su camisa de cuadros (bueno, de cuadrícula), su chal color crema con cuello triangular, sus pantalones, sus zapatos y sus calcetines de los colores y tejidos correspondientes (que se me da muy mal describir colores y, sobretodo, tejidos), e incluso estaba afeitado pero se notaba que durante mucho tiempo había llevado bigote típico de la época. Cuando me fijé en él (y debió notar que le miré más de lo necesario y menos de lo que yo quería) todo se tornó blanco y negro, y los viajeros del autobús cantaban al unísono "cuentamé... cómo te ha ido..." y tal y tal. Al conseguir apartar la vista todo volvió a la normalidad, con los colores de la polución y el desasosiego humano (qué quieres decir?... callad!), y pude volver a respirar. Ese hombre parecía un poco extrañado, como... como si no fuera de esta época... realmente se le veía como si no supiera qué hacía allí... era un auténtico hombre del tiempo, pero creo que era un viajero accidental. Supongo que se montaría en un autobús de aquel entonces cuando, casualidades del destino, atravesó un espacio cargado de energía de esas que salen en las películas de ciencia ficción y, sin comerlo ni beberlo (no entiendo esta expresión), apareció en el año 2007. Estaba bastante consternado, y parecía no entender el mecanismo que hacía que darle al botón rojo del vehículo en cuestión conseguía que se detuviera en una parada determinada, pero aprendió rápido (instinto de supervivencia, está claro) y consiguió bajarse en la misma parada que yo. Ahí estaba yo, tirando pa' casita cuando sentí algo en mi hombro, y no era un águila real intentando cazarme, como aquella vez, sino que era el viajero del espacio-tiempo. Por un momento pensé que me había reconocido, que sabía quién era yo, que quizás era un familiar mío de los años 60 o que, incluso me atrevería a decir, en un futuro (mío) había conseguido perfeccionar mi famosa técnica del viaje en el tiempo, y había logrado ir al pasado (su presente), triunfando en el terreno musical, haciéndome tan famoso que cualquiera en el mundo entero, con o sin televisión y/o radio, sabía quién era yo, de forma que él me estaba parando en mitad de la calle para pedirme un autógrafo. Creo que en el último segundo le dió vergüenza, porque me contó una patraña sobre que era de Sevilla (aunque tenía un acento extraño) y que necesitaba encontrar la estación de tren para volver a su hogar (creo que se refería a su época). Ayudé a mi gran admirador enmascarado, pero encima de que no me estaba prestando atención y parecía no enterarse de las indicaciones (que eran básicamente "esta calle to' recto y en la rotonda a la izquierda" y fin), va y me dice que sí que vale... vamos, que me estaba diciendo que me callara ya, que era mu' pesao, que le dejara en paz y que se largaba con mis precisas indicaciones, que se le hacía tarde y no iba a volver a coger aquel campo de energía que le permitiría volver a su hogar.
Así que hoy he aprendido que al final iré a los años '60 a robar canciones que aún no se han creado (creo que es legal) y que los viajeros en el tiempo son bastante maleducados.
venga hombre,a la proxima habra mas suerte >o>
ResponderExcluirMuy bueno tu "delirio". A mi me paso algo parecido.
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